Alma de los vientos.
Suena en incongruente perfección.
Membranas de lluvias
se extienden frente a este océano de hiel.
Ha comenzado la orquesta de figuras huidizas.
Han de caer las aguas de líquidos desgarros.
Y pasa un fantasma.
Y besa mi mente.
A mi alrededor,
el hábitat de demonios y humo
ya gritan,
ya aúllan.
Pues el cielo se despliega en música inconclusa.
Se albergan las ansias,
en esta atadura transitoria de los vientos,
por un sorbo de piel.
Se demuestra una vez más
que aún persiste en mí.
La agonía del tacto.
Y me lleva a ti,
en el camino sonoro,
a la derrota.
14 de Junio del 2002.
Amparo Carranza Vélez
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